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"¿Big Data? ¿Y a mí qué me importa?". Eso es lo que parecen pensar seis de cada diez responsables de TI en la Península Ibérica, que muestran poco interés por esta tecnología que está revolucionando varios sectores. Se trata de una de las preocupantes conclusiones de un informe de Oracle y Quocirca.
Oracle y la consultora Quocirca han entrevistado a los responsables de Tecnologías de la Información (TI) de cerca de mil organizaciones en Europa, Oriente Medio y África para estudiar su nivel de conocimiento y actitudes ante las llamadas tecnologías de Big Data o manejo de grandes conjuntos de datos. La investigación, cuyos resultados resume una infografía, evidencia que todavía existe poca información y un interés desigual respecto a esta tendencia, sobre todo en la Península Ibérica.
En líneas generales, tres cuartas partes de los encuestados no conceden una importancia estratégica a los Big Data y para el 25% no figuran entre las prioridades de su empresa para los próximos dos años. Rusia y la Península Ibérica son las regiones donde menos relevancia se da a estas tecnologías, ya que un 39% de los participantes en el estudio las considera de escasa importancia. Aún así, los resultados varían según el sector: las telecomunicaciones y el suministro de servicios están más sensibilizados que los sectores de sanidad, comercio o Administración Pública.
Implementación desigual
Muchas empresas incluso tienen serias dificultades para comprender exactamente el alcance de los Big Data. Los mayores porcentajes de encuestados que admiten tener un conocimiento limitado de estas tecnologías se dan especialmente en Rusia (68%) y de nuevo en la Península Ibérica (64%). En cambio, Reino Unido es el alumno aventajado en cuanto a la preparación para sacar partido del análisis de datos a gran escala: un 21% de sus empresas ya están utilizando los Big Data.
Para revertir estas desigualdades, los responsables del estudio señalan que los directivos deberían prestar más atención a la revolución que suponen las tecnologías de Big Data y asegurarse de que los objetivos de negocio estén alineados con las prioridades del área de TI. También hacen algo de autocrítica hacia las compañías del sector tecnológico, al reconocer que tendrían que realizar un mayor esfuerzo para ayudar a los clientes a entender cómo estas herramientas pueden beneficiarles.
Imagen: Freedigitalphotos.net