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En el entorno actual de crisis generalizada en el que se desenvuelven los negocios, la inestabilidad y la incertidumbre son una compañía permanente, especialmente para las pymes. En el ecosistema de las pequeñas y medianas empresas, esta situación de riesgo permanente aumenta su nivel de vulnerabilidad. Y, pone de manifiesto la importancia de componer estructuras organizativas ágiles. Estructuras que, operen de manera proactiva para poder anticiparse a situaciones complejas. La idea es facilitar la toma de decisiones inteligentes en vez de actuar de forma reactiva a situaciones comprometidas que puedan sobrevenir.
Pablo Couso, director comercial de Datisa asegura que “los entornos financieros de las pequeñas y medianas empresas tienen el reto de mantener a flote la estabilidad financiera de la organización en momentos convulsos. Pero, sobre todo, el desafío de proporcionar una estructura suficientemente elástica para que las empresas puedan adaptarse a los continuos cambios que se producen, tanto en las expectativas del negocio, como en las demandas y requerimientos de los clientes”.
En este sentido, desde Datisa se han identificado tres aspectos que serán clave para la recuperación de las pymes en los próximos años.
- Digitalización del entorno financiero
- Planificación financiera y toma de decisiones basada en datos financieros
- Optimización de la gestión del circulante y garantía de las operaciones comerciales
Por otro lado, aspectos como la planificación presupuestaria de gastos, ingresos y resultados o la planificación de los presupuestos de tesorería cobran un protagonismo mayor de cara a la recuperación económica post-COVID. Las pymes, dicen los expertos de Datisa- deben evitar la toma de decisiones en base a la inercia de su propia actividad. Hay que fijar objetivos, y planificar el método a seguir para alcanzarlos. Y, por supuesto, establecer un sistema de seguimiento que permita analizar los resultados de esa planificación.
La planificación financiera debe acompañarse de datos económicos que la avalen. Por lo tanto, la inteligencia de negocio y las decisiones basadas en datos financieros y operativos, tiene un papel emergente. Y, en este caso, serán los directores financieros los que deberán liderar el cambio de la cultura financiera y la transformación digital que lo impulse. Lo harán con el apoyo de la tecnología adecuada. Plataformas de gestión de recursos empresariales -ERP- financieras, administrativas y comerciales que contribuirán a la conformación de estructuras ágiles y transversales. Y, sobre todo, organizaciones capaces de tomar decisiones inteligentes en tiempo real.