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En términos generales, el stock cumple tres funciones clave que hacen que su gestión inteligente sea crítica:
· Función reguladora. En un contexto en el que se desconoce la evolución del mercado, la organización podrá hacer frente a un potencial incremento de las ventas. Lo hemos visto en entornos específicos durante la pandemia (por ejemplo, en el caso de los bienes sanitarios o de primera necesidad).
· Función comercial. La gestión óptima del stock y su reposición inteligente dentro del almacén facilita la logística empresarial porque facilita el cumplimiento de los plazos. Y también, el cumplimiento de las condiciones acordadas con los clientes.
· Función económica. En el caso de que se opte por una gestión de máximos, se puede optar por adquirir grandes cantidades de mercancía. Con ello, se podrá negociar mejor el precio y las condiciones de pago. Es decir, se pueden generar economías de escala y beneficiarse de las sinergias derivadas.
Un ERP gestiona e integra diferentes procesos de distintas áreas de negocio dentro de una organización (comercial, contabilidad, producción, finanzas, etc.). Su intervención también es determinante en el entorno del almacén. La informatización de los procesos que suceden dentro del almacén permite integrar la información de los terminales que se utilizan para la codificación y el reconocimiento de los productos. Y, localizar después no solo esos productos sino el registro de todos sus movimientos.
Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “con un ERP las empresas ahorran tiempo, está claro. Pero, además, disponen de un conocimiento exacto y preciso de cada referencia. Y, con eso, se imprime mayor velocidad, máxima eficacia y, una toma de decisiones inteligente y en tiempo real, basada, básicamente en datos veraces y 100% actualizados”.
Un ERP facilita y/o interviene en todas las fases del producto a su llegada/salida del almacén. El sistema ofrece funcionalidades cuando:
· Llega la mercancía al almacén y se referencia
· Se genera automáticamente la documentación correspondiente a cada artículo
· Se vincula la información a las diferentes áreas que intervienen en cualquier fase del proceso (comercial, contabilidad, finanzas, …)
· Hay que tramitar devoluciones o registrar movimientos de mercancía entre almacenes
· Se tiene que reponer stock y gestionar el inventario en cualquier momento conforme a diferentes criterios
· Salen los pedidos del almacén, se gestiona el picking, etiquetado y documentación asociada a los pedidos
“Venimos de un momento crítico. La pandemia ha elevado a la máxima potencia las exigencias de la cadena logística. Las ventas omnicanal y las nuevas demandas de un consumidor más digital imprime una operativa frenética a la red de distribución. Ya sabes, más pedidos, menos tiempo de entrega. Este nivel de exigencia requiera optimizar el control y la gestión de todos los procesos que tienen lugar en el almacén”, insiste Couso.
Un ERP permite organizar el stock, estableciendo alertas para las referencias bajo mínimos. Con ello, la organización se asegura un aprovisionamiento correcto. Se aprovecha el espacio útil. Y se minimizan los errores y retrasos. En definitiva, la digitalización de los procesos del almacén evita el trabajo manual y de escaso valor, reduce los errores e impulsa la eficiencia. Y, concretamente, de cara la reposición de stock en el almacén:
1. Genera y hace un seguimiento automático de los pedidos de compra
2. Calcula y valora la gestión de stock en base a los diferentes criterios
3. Gestiona, si procede, diferentes almacenes
4. Optimiza la gestión de productos: lotes y caducidades, números de serie, multi-ubicación, etc.
Tu modelo de negocio puede también tener cuellos de botella de los que quizás no seas consciente. Por ejemplo, para crecer más, tienes que formar y contratar a más empleados. Pero si no contratas más empleados, no podrás crecer más y verás que tu empresa se encuentra estancada. Necesitas aprender a delegar para crecer.
O puede que además de contratar más empleados, debas abrirte a otros mercados e internacionalizar tu empresa. Quizás también debas cambiar tu política de precios o cualquier otra decisión trascendente que te permita ser escalable y aumentar la rentabilidad.
Todos aquellos recursos que ahora tienes, si quieres mantenerlos tal cual están, pueden ser el cuello de botella que afecte a tu crecimiento. Para crecer, debes ganar más con los mismos clientes, o bien aumentar tu número de clientes.