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La creación de valor no implica únicamente un resultado final óptimo. El valor añadido es, en realidad, una combinación de:
- Servicio diferencial al cliente
- Productos/servicios de calidad
- Fuerza de trabajo comprometida y motivada
- Modelo de negocio sostenible que garantiza resultados fiables
Para profundizar más, sobre cómo aportar valor con un ERP en el ecosistema pyme, los expertos de Datisa han elaborado la siguiente lista:
- Eliminando el desperdicio en cada etapa de la cadena de producción
Los sistemas ERP son efectivos para optimizar la cadena de producción. Y, proporcionan las herramientas necesarias para analizar dónde se producen los desperdicios de recursos. Y, muestran, a través de los datos y la Inteligencia de Negocio, dónde están las áreas de mejora de los procesos.
Por ejemplo, un ERP ayuda a los fabricantes a implementar procesos de entrega “Just in Time”. Y a mantener la precisión en los niveles de existencias ajustados. Esto hace que adaptar la producción a la demanda sea más fácil. Y evita producir “a ciegas” independientemente de si es necesario o no. El ERP facilita la toma de decisiones porque proporciona la información necesaria sobre:
- Entrada de materia prima
- Disposición de recursos
- Defectos de producto
- …
Esta información ayuda a garantizar la alta calidad de los productos. Pero, también, que la producción se haga de la manera más rentable, sin excesos o carencias de suministros. Esto es, particularmente relevante, por ejemplo, en la industria alimentaria, donde los artículos suelen tener una vida útil corta. Y el exceso de la oferta puede hacer que se tengan que desechar si no se usan a tiempo.
- Mejorando el rendimiento empresarial con un ERP en la nube
A medida que la computación en la nube continúa evolucionando, vemos que más empresas eligen ejecutar sus aplicaciones comerciales en la nube en lugar de hacerlo en las instalaciones .
Cuando se trata de ERP en la nube, las pymes ya han asumido la importancia que representa en cuanto al ahorro de costes que pueden conseguir. Por ejemplo, el proveedor de software puede gestionar todos los costes atribuidos a la configuración del sistema. De esta manera, se minimiza la potencial inversión en hardware o software. El mismo proveedor también se encargará del mantenimiento, incluidas las actualizaciones funcionales y técnicas.
Lo harán:
- Manteniendo un registro del software
- Supervisando las actualizaciones
- Lanzando nuevas versiones automáticamente
Esto significa que la organización siempre tendrá a su disposición la última versión del software. Y, por tanto, podrá acceder a funciones de última generación, antes que sus competidores.
Como los datos se almacenan en la nube, se puede acceder a ellos donde quiera que esté. La nube también hace posible la colaboración entre equipos, independientemente de la ubicación. Este es claramente otro gran beneficio, ahora que muchas empresas se mueven hacia modelos de trabajo híbridos.
Un ERP en la nube también demuestra su valor en caso de producirse un desastre imprevisto. Por ejemplo, si las oficinas se ven afectadas por un incendio o una inundación, los datos permanecerán seguros ya que la nube siempre utiliza múltiples centros de datos en diferentes ubicaciones, con réplicas en diferentes servidores y localizaciones de las copias de seguridad. Si los datos se almacenan en las oficinas del cliente, es posible que, ante un incidente grave, nunca se recuperen.
- Motivando a la fuerza laboral
La creación de valor va más allá de los sistemas ERP. Comienza con la propia fuerza laboral. Por eso, la implementación de cualquier sistema debe hacerse teniendo en cuenta sus necesidades. La idea de cambio para la mayoría de las personas es aterradora. Y, normalmente significa trabajar de una manera diferente a la que estaban acostumbrados.
Por eso, es importante explicar a todas las partes interesadas las ventajas que obtendrán, antes de implementar cualquier cambio. En este sentido, una estrategia eficaz de gestión del cambio responderá a las siguientes cuestiones:
- Por qué está ocurriendo el cambio
- Cómo afectará el cambio al negocio y a las diferentes partes interesadas
- Qué se necesita para que salga adelante
No solo es valioso aumentar la eficiencia de los empleados. También hay que hacer que su trabajo sea más agradable. Por ejemplo, la implementación de un ERP aporta nuevas funcionalidades que pueden facilitar la extracción y el análisis de datos. Eso evitará frustraciones y pérdidas de tiempo. Y, en consecuencia, facilitará el día a día de los usuarios.
En el ecosistema pyme, el mensaje original y la pasión por el cambio pueden diluirse a medida que avanza el proceso. Por eso, es importante involucrar a los equipos de principio a fin. Así, será más fácil compartir la visión en toda la organización. Y reducir la posibilidad de que el mensaje se pierda o se malinterprete.
- Proporcionando una mejor experiencia al cliente
Proporcionar una experiencia al cliente, excelente, es clave. De hecho, como explica Pablo Couso, director comercial de Datisa, “más del 80% de los compradores estarían dispuestos a pagar más por una experiencia de cliente diferencial”. Y, en este contexto de digitalización máxima, en el que los consumidores tienen acceso a negocios de cualquier parte del mundo, a través de múltiples canales, en cualquier momento y lugar, es clave concentrarse en proporcionarles experiencias atractivas”.
Un ERP ayuda a conseguirlo, consolidando todos los datos en una única ubicación. Esto proporcionará precisión y facilidad para acceder a la información generada en todas las interacciones con el cliente: historial de pedidos, ventas, devoluciones, etc. Y, con la certeza de contar con datos 100% actualizados.
La integración entre ERP y CRM proporcionará, además una mejor experiencia de cliente porque:
- Ofrece una visión 360º de los clientes
- Facilita el acceso rápido a la información necesaria, ya que los datos clave fluyen libremente entre ERP y CRM
- Mejora la productividad interna al minimizar el trabajo manual y reducir las posibilidades de errores
- Aumenta la eficiencia de tareas/procesos
- Impulsa la colaboración entre departamentos
En definitiva, la creación de valor es un proceso continuo. Se produce cuando una organización es capaz de desarrollar un flujo continuo de productos/servicios que proporcionan beneficios únicos y convincentes a un conjunto específico de clientes. Esto significa que, para seguir siendo competitivas e. incluso, diferenciales, las pymes deben generar procesos sostenibles de creación de valor.