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El anuncio de que el gigante del comercio electrónico Amazon experimenta con mini-aviones no tripulados (drones) para realizar entregas a domicilio ha causado mucho revuelo. Sin embargo, el éxito de esta tienda online se basa en aspectos bastante menos glamurosos y a veces incluso polémicos.
El vídeo de un dron (vehículo aéreo no tripulado) despegando desde un almacén de Amazon para volar hasta la casa del cliente y entregarle su compra ha causado sensación. El servicio, bautizado como Amazon Prime Air, promete entregas en menos de media hora. Sin embargo, por el momento no es más que un “brindis al sol” debido a las dificultades que implica.
En cualquier caso, la maniobra de propaganda le ha salido redonda a Amazon (empresa que invierte poco en publicidad), que ha logrado aparecer gratis en los principales medios de comunicación justo antes de Navidad. Sin embargo, Amazon no es la mayor empresa de comercio electrónico solo por su ingenio: también tienen que ver las estrictas condiciones laborales en sus centros logísticos, que han generado quejas en Alemania, y las agresivas estrategias comerciales que aplica.
El “Área 51” de Amazon se llama Lab 126
Tal y como señala un interesante artículo de MIT Technology Review, Amazon necesita invertir en tecnología para mantenerse por delante de competidores como Walmart o Rakuten. Para ello, cuenta con una división de investigación avanzada llamada Lab 126 donde trabajan miles de ingenieros con un enorme presupuesto. Este esfuerzo ha dado como resultado más de 1.200 patentes en los últimos años que abarcan todo tipo de innovaciones: desde almacenes más eficientes a paquetes con menos aire o algoritmos que mejoran la presentación de los productos en los escaparates online.
Paralelamente, la compañía de Jeff Bezos también está creando su propio ecosistema tecnológico con los dispositivos Kindle, que ya se atreven incluso a burlarse del iPad Air de Apple. Además, Amazon trabaja para crear su propia red Wi-Fi y está intentando atraer a los desarrolladores de apps. Por lo tanto, los famosos drones no son más que una anécdota, la punta del iceberg del esfuerzo de innovación de una compañía decidida a transformar la forma en que compramos.
¿Crees que el reparto de paquetes con drones llegará a ser realidad algún día?
Imagen: Almacén de Amazon en Gales (Reino Unido)