El lanzamiento de Google Drive en abril ha vuelto a poner de actualidad los servicios de almacenamiento en la nube. Una tecnología que, a pesar de lo que pueda parecer, no es nueva en absoluto. Numerosas empresas, por ejemplo la española Mast Storage, llevan años ofreciendo servicios de copia de seguridad online con un enfoque muy similar, pero sin demasiado éxito.
Lo cierto es que, a pesar de que las perspectivas siempre son excelentes (como pasaba con el backup online), el uso del almacenamiento en la nube no acaba de despegar. Según datos de Gartner, apenas el 7% de los usuarios usa este sistema para guardar sus datos, aunque prevé que este porcentaje se disparará al 36% en 2016. En España, empresas como Acens vaticinan un crecimiento del 40% este año, pero todavía estamos muy lejos de que guardar los archivos sólo en la nube sea una práctica habitual.
Y eso que los consumidores disponen de un amplio abanico de servicios para subir sus ficheros a la nube, la mayoría gratis en su versión básica. Las funciones que ofrecen servicios como DropBox, SkyDrive y el propio Google Drive son más que atractivas para los usuarios domésticos, tal y como muestra esta comparativa.
Barreras al almacenamiento en la nube
¿Por qué los usuarios no acaban de adoptar el almacenamiento online, a pesar de sus ventajas? Existen varias razones. Según resume un artículo publicado en eHow, la primera es la seguridad: los consumidores temen confiar sus datos a un proveedor que los aloja en un servidor que no se sabe dónde está y que puede ser víctima de ataques de hackers o borrados accidentales. Esta barrera es especialmente limitante para las empresas, según un estudio realizado por la empresa Sophos en la feria InfoSec Europe.
Una segunda razón importante es la accesibilidad. El ancho de banda, al menos en España, sigue siendo insuficiente para subir y bajar fluidamente archivos pesados. Y no es raro que se produzca alguna incidencia en el servicio de Internet que te deje sin accesoa tus archivos. Una tercera razón es que el coste de los servicios de almacenamiento online, basados en una cuota mensual, no resulta tan competitivo a ojos de los consumidores como comprar un disco duro externo (aunque se supone que en la nube tus archivos están más seguros en caso de desastre).
Por último, las inquietantes exigencias que imponen algunos servicios de almacenamiento cloud no ayudan a tranquilizar a los usuarios: de acuerdo con la letra pequeña de las condiciones de uso de Google Drive, Google puede usar prácticamente a su antojo y de por vida cualquier contenido que subas a sus servidores, incluso cuando ya no utilices el servicio.
A la vista de este panorama, algunas empresas como Western Digital aprovechan la oportunidad para ofrecer una tercera vía: el almacenamiento en una nube personal. ¿En qué consiste? Se trata de discos duros externos conectados a la red doméstica que permiten al consumidor guardar sus archivos en casa, pero acceder a ellos desde cualquier ordenador o dispositivo móvil. También realizan copias de seguridad de todos los ordenadores de la red, lo cual resuelve otro problema habitual.
Eso sí, si como pronostican los más agoreros algún día tu casa arde o recibe el impacto de un meteorito, te quedarás sin datos. Algo que no pasa en la nube, ¿no?
Por Roger Garcia
Redactor en Dataprix
Imagen cortesía de FreeDigitalPhotos.net
¿Crees que los servicios de almacenamiento en la nube triunfarán?