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La red social Twitter empezó a cotizar ayer en la Bolsa de Nueva York con un espectacular incremento del 73% en el precio de las acciones, que rozaron los 34 euros. Sin embargo, desde la compañía líder en microblogging procuran enfriar las expectativas, para no darse un batacazo como Facebook.
Tres usuarios de Twitter (una niña, una bombero de Boston y el actor Patrick Stewart de películas como Star Trek y X-Men) fueron los encargados de tocar la campana que marcó la salida a la bolsa de esta red social. El presidente y cofundador de Twitter, Jack Dorsey, prefirió mantenerse en segundo plano; al contrario del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, que acaparó el protagonismo en el debut bursátil de su compañía en mayo de 2012. Pero las diferencias no acaban ahí.
Para empezar, Twitter ha elegido Wall Street (la Bolsa de Valores de Nueva York) para comercializar sus acciones, un mercado más estable y menos especulativo que el índice Nasdaq donde cotizan la mayoría de las start-ups tecnológicas, incluida Facebook. Además, Twitter ha preparado a fondo la salida a bolsa: ha buscado asesoramiento de la firma Goldman Sachs, se ha reunido con inversores y autoridades bursátiles, ha clarificado su modelo para generar ingresos y ha fijado un precio de la acción un 30% menor a lo que pidió Facebook. A pesar de las precauciones, la acción de Twitter subió un 73%.
El temido síndrome de Facebook
En los momentos de mayor euforia, las acciones de Twitter llegaron a dispararse desde los 19 euros de la oferta inicial a 34 euros, lo que supone valorar esta compañía fundada en 2006 en 19.000 millones de euros. Aún así, algunos expertos consideran que la red social no vale tanto dinero: con 232 millones de usuarios, en lo que llevamos de año Twitter ya ha perdido más de 100 millones de euros, la mitad de sus ingresos. Las fórmulas que ha introducido para rentabilizar su plataforma, como los controvertidos tuits patrocinados, no acaban de gustar a los usuarios y su crecimiento se frena.
El objetivo de la salida a bolsa es obtener el dinero necesario para dar el impulso definitivo que coloque a Twitter en la senda de la rentabilidad, pero evitando añadir más incertidumbre a sus cuentas. En este sentido, la red social de los 140 caracteres ha querido marcar distancias con rivales que han fracasado en su salida a bolsa. El caso más conocido es el de Facebook, que perdió un 30% de su valor en su primer año en bolsa. Aún les fue peor a Groupon y Zynga, que valen menos de la mitad que cuando empezaron a cotizar; mientras que otras redes sociales como Linkedin han tenido una evolución positiva.
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Imagen: Twitter