2025, el año de la IA y la nube

Por John Bradshaw, Director of Cloud Computing Technology and Strategy EMEA Akamai

Akamai

Durante el próximo año, el sector Cloud vivirá un periodo de transformación. La intensificación del escrutinio económico desempeñará un papel significativo en la configuración de decisiones y estrategias. Al mismo tiempo, se espera que la rápida maduración de la inteligencia artificial impulse la innovación y redefina las capacidades. Además de estos factores, los matices locales seguirán influyendo en la evolución de las estrategias de adopción en las distintas partes del mundo.

Es importante destacar que en 2024 hemos visto que la IA ya no es solo una palabra de moda. La integración de la IA en el ecosistema de la nube se convertirá en un imperativo empresarial, y la optimización de costes dominará la conversación estratégica a medida que las empresas traten de liberar capital para invertir en la oportunidad que presenta la IA. Este año promete una evolución fundamental para el sector de la nube, con la IA en el centro.

Aquí os dejo mis 5 predicciones sobre la nube para 2025.

1) Un ajuste de costes para la nube

En 2025, las presiones económicas obligarán a las organizaciones a replantearse su gasto en la nube. Con la escalada de los costes operativos, las empresas buscan cada vez más soluciones rentables y se replantean cómo y dónde se gestionan las cargas de trabajo. Es probable que la tendencia a externalizar y deslocalizar funciones hacia regiones con costes más bajos cobre impulso, ya que las empresas tratan de reducir los gastos operativos.

Sin embargo, estas estrategias de reducción de costes pueden tener un precio. Las iniciativas de sostenibilidad, antaño centrales en la estrategia corporativa, corren el riesgo de perder prioridad en favor del ahorro inmediato. A pesar de ello, la nube seguirá siendo vital para impulsar la eficiencia y la asequibilidad. Para lograr un equilibrio, las organizaciones deben adoptar un enfoque matizado, integrando la tecnología con un capital humano optimizado mientras sortean estos retos económicos.

2) La IA ocupa un lugar central en las operaciones basadas en la nube

La tan esperada promesa de la IA se hará finalmente realidad para la nube en 2025, a medida que la automatización impulsada por la IA se convierta en el centro de las operaciones. Al automatizar las tareas repetitivas y permitir la toma de decisiones basada en datos, la IA ofrecerá beneficios tangibles a las organizaciones que pretendan optimizar sus recursos y reducir el número de empleados.

Sin embargo, esta transición no está exenta de obstáculos. Históricamente, muchas empresas han infrafinanciado las iniciativas de IA, pasando por alto las cuantiosas inversiones necesarias en datos, infraestructura y conocimientos especializados. A medida que las empresas se adaptan a las demandas computacionales de la IA, los proveedores de servicios en la nube deben garantizar que sus infraestructuras sean capaces de gestionar estas cargas de trabajo de forma eficiente. La integración de la IA en las soluciones en la nube redefinirá la competitividad, pero sólo para aquellos que estén preparados para adoptarla.

 

3) La ventaja de la nube híbrida

Al entrar en el nuevo año, a pesar del continuo aumento de la adopción de la nube, está surgiendo una contratendencia: un retorno parcial a las soluciones locales por razones de rentabilidad. El impuesto sobre el hiperescalado o el aumento de los costes asociados a los servicios en la nube ha llevado a algunas empresas a reconsiderar los sistemas locales.

Sin embargo, este cambio a menudo carece de previsión estratégica.

Por lo tanto, en 2025 el modelo de nube híbrida surgirá probablemente como el enfoque más sostenible, combinando la escalabilidad de la nube con la previsibilidad de costes de las soluciones locales. Aprovechando las tecnologías portátiles de código abierto, las empresas pueden crear infraestructuras flexibles que maximicen la eficiencia sin sacrificar la adaptabilidad.

 

4) Los centros de datos como motores económicos

Los centros de datos siguen siendo fundamentales para el crecimiento económico también en España. Además de proporcionar la columna vertebral para la transformación digital, contribuyen significativamente a la creación de empleo en tecnología e ingeniería, al tiempo que generan importantes ingresos fiscales.

Sin embargo, el aumento de los costes energéticos y la preocupación por la sostenibilidad pondrán a prueba sus operaciones. Los proveedores tendrán que invertir en energías renovables y tecnologías de refrigeración innovadoras para garantizar el cumplimiento de las normas medioambientales y, al mismo tiempo, gestionar los costes. Las prácticas de economía circular, como el reciclaje de componentes de infraestructuras, también desempeñarán un papel crucial en la reducción de residuos y la mejora de la sostenibilidad.

 

5) IA, modelos generativos y eficiencia energética

La IA generativa requiere grandes recursos computacionales, lo que supone una carga para los centros de datos, que ya están lidiando con la escasez de GPU y la demanda de energía. Los proveedores abordarán estos retos mediante iniciativas de energías renovables e implementaciones localizadas de modelos de IA.

La IA y el aprendizaje automático también revolucionarán los flujos de trabajo, automatizando las tareas repetitivas y permitiendo la toma de decisiones en tiempo real. Los sistemas autorregenerables, impulsados por la IA, mejorarán la fiabilidad de la nube, mientras que las soluciones de seguridad basadas en la IA mitigarán los problemas de protección de datos, generando confianza entre los usuarios.

 

El año de la IA y la nube

2025 será el año en que la IA y la nube se entrelazarán de forma inseparable. Empresas de todos los sectores adoptarán soluciones escalables basadas en IA para seguir siendo competitivas, mientras que los proveedores de la nube innovarán para responder a la creciente demanda de infraestructuras eficientes, sostenibles y rentables.

Al equilibrar costes e innovación, las organizaciones pueden aprovechar todo el potencial de la nube y la IA, dando forma a un futuro en el que la tecnología no es solo una herramienta, sino una piedra angular de la estrategia. En 2025, quienes se adapten rápida y estratégicamente cosecharán los frutos de una era impulsada por la IA y la nube.