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La gestión inteligente, el acceso sencillo a los datos y la automatización de los procesos son aspectos críticos que impactan sobre la decisión de implementar un ERP. Sin embargo, más allá de estos razonamientos operativos, las pymes deben poner el foco -ya lo están haciendo- en buscar la rentabilidad de la tecnología. Es decir, en maximizar el impacto que tiene su uso sobre las métricas económicas del negocio.
Entontes, más allá de argumentos como la velocidad, la precisión, la transparencia o la sencillez, las pymes buscan en un ERP la manera de mejorar su rendimiento. Es decir, evaluar si el uso de este tipo de software, aplicado a procesos concretos, supone un incremento efectivo de la rentabilidad empresarial.
Por ejemplo: en el entorno comercial un ERP permite obtener previsiones de ventas que, a su vez, facilitan la estimación de las compras. Y también la planificación de la producción si se fabrica lo que se vende. La plataforma participa en todo el circuito. Y lo que es mejor, optimiza todos sus procesos y tareas: compras, fechas de entrega, gestión de almacén, facturación, cobros, etc. Incluso proporciona información anticipada sobre la tesorería en un momento determinado.
En términos generales, se puede decir que un ERP impulsa la toma de decisiones al proporcionar los datos necesarios. Datos precisos, consistentes y en tiempo real. Acertar en las decisiones facilita el crecimiento sostenible de la empresa. Por tanto, ya se puede decir que las decisiones inteligentes aplican a la mejora de la rentabilidad.
Por otro lado, las pymes que utilizan un ERP están en mejor disposición de ofrecer una versión mejorada de sí mismas, más productiva, y, por tanto, más rentable. El ERP mejora los procesos operativos, la comunicación, el intercambio de información, etc. También impulsa el trabajo colaborativo e incrementa la inteligencia de negocio en todas sus áreas desde el almacén hasta la contabilidad. Y, esto hace que, sin duda, las pymes sean mucho más rentables.
Isabel Pomar asegura que “las plataformas de software ERP cubren todo el ciclo operativo de una pyme. E integran todos sus procesos. Esto hace que sea más fácil poner en marcha diferentes acciones e iniciativas de impulso o contención, según convenga. Y que aumente su precisión. Es decir, sus posibilidades de éxito. Y, con ello, la rentabilidad del negocio”.
Resumiendo, algunos de los valores que aportan las plataformas ERP para incrementar la rentabilidad de negocio son:
- Flujo de información centralizado e integrado. La integración de procesos y la sincronización de las operaciones con el entorno financiero proporciona mayor visibilidad. De forma que resulta más sencillo identificar las implicaciones financieras que tienen dichas operaciones o procesos sobre el negocio. Y, con ello, tomar decisiones más orientadas a la mejora de la rentabilidad.
- Control operativo y contención de costes. Gestionar con Excel ralentiza y genera errores. Las plataformas ERP garantizan la precisión y la rapidez lo que evita que se pierdan pedidos, que se produzcan roturas de stock, que se alarguen los períodos de cobro o que se haga una mala planificación. Cualquiera de estos acontecimientos podría suponer cuantiosas pérdidas económicas. Acceder a la información adecuada y precisa en tiempo real, por el contrario, minimiza los gastos operativos. Por lo tanto, una redistribución eficiente de los costes y un mayor control en las operaciones también hace que las pymes mejoren sus ratios de rentabilidad.
- Planificación coherente. Los aplicativos ERP imprimen en la gestión la coherencia que dictan los datos. Es decir, con el conocimiento que se extrae de la información que proporciona el ERP es más fácil diseñar estrategias, políticas y procesos coherentes. Algo que, sin duda, repercute en la mejora de la calidad de los servicios que se prestan y, por ende, en la rentabilidad del negocio.
En definitiva, son muchos los beneficios que aporta un ERP al entorno pyme. Son muchas también, las razones que justifican la apuesta por la rentabilidad de este tipo de organizaciones. Ahora bien, hay que tener siempre claras las necesidades de cada empresa para encontrar la solución que se adapte mejor a su operativa y a sus expectativas respecto a la rentabilidad.