El principal uso de las redes sociales nunca fue como herramienta de venta. Desde su aparición y relación con las empresas, siempre tuvo un carácter de sociabilidad o creación de marca. Seguro que recordáis que las redes sociales no son para vender, sino para hacer branding. Y es que es muy cierto que a un lado de la corriente se sitúen empresas que no venden NADA en redes sociales y otras que venden MUCHO.

¿Por qué ocurre esa diferencia?

En primer lugar debemos de tener en cuenta que GANAR DINERO CON REDES SOCIALES, no debe ser el objetivo principal de la herramienta, sino más bien, uno complementaria en segunda fase. El fin último de la empresa es conseguir esa conversión, pero las redes sociales nunca fueron una plataforma de venta directa, ni ese uso se definió para las mismas. Con ello, la empresa debe moldear su estrategia para realizar estrategias conjuntas con diferentes plataformas para conseguir la venta o suscripción, y las redes sociales son más una plataforma “mediante” , dentro del proceso de embudo, que una plataforma de venta directa.

La idea de montar un negocio o de crear una empresa y considerar su éxito anticipadamente es sinónimo de suerte, concepto que adoptan muchas personas y que es usado para medir el “fracaso” de la misma.

Por esto, a la hora de crear una empresa se recomienda que durante sus inicios, el despliegue de la idea se lleve a cabo en simultáneo con el desarrollo de una actividad en otra empresa, más adelante y con la idea mayormente consolidada se podría pensar en dedicar el 100% de los esfuerzos para su optimización, por lo que ya sería menos riesgoso llegar al fracaso.

En términos generales, un negocio en su punto de salida se constituye como un gran potencial en la economía actual por la capacidad de generar de empleo y por la estimulación conseguida dentro del mercado sin tener en cuenta el sector. Sin embargo, hoy día, las Pymes se encuentran frente a un gran reto y es competir contra las grandes empresas.