Los servidores Cloud son como el ganado; te deshaces de ellos cuando están enfermos e introduces de nuevos cuando los necesitas, hecho que explica por qué la infraestructura Cloud suele ser tan dinámica. Imagina que tienes una aplicación web alojada en el Cloud. Debes configurar el HAProxy con una capa de frontales y servidores de backend para garantizar su balanceo y una alta disponibilidad. Necesitas añadir o eliminar servidores en tus sistemas para servir carga de tráfico. Cuando se lanza un nuevo servidor, tu infraestructura no tiene conocimiento de ello ni tampoco del servicio que éste proporciona.Además, debes eliminar registros o servidores sobrantes de tu HAProxy para que el tráfico no se dirija a ésta. De repente descubres que ya no eres ese cowboy que podía controlar a decenas de miles de terneros, sino que te has convertido en un propietario de cachorros. Necesitas un sistema de Discovery Service a través del que solicitar nuevos nodos y servicios, y recibir notificaciones cuando un nodo o servicio ya no está disponible. También requieres de un sistema de gestión de configuraciones para actualizar y validar las configuraciones de los servidores y de infraestructura.