El pasado agosto se cumplieron 25 años del nacimiento de Linux. El sistema operativo libre por excelencia desató una incuestionable revolución tecnológica, aunque no todo el mundo lo sabe. Linux transformó nuestro mundo virtual cuando nos permitió estudiar sus distribuciones, copiarlas, cambiarlas y redistribuirlas; y aunque todavía no ha conquistado nuestros escritorios, se ha adueñado de todo lo demás.
Su creador, Linus Torvalds, estudiaba Ciencias de la Computación en Helsinki cuando decidió crear un sistema operativo con el que sustituir a Minix, un clon de Unix con el que trabajaban en la universidad y que le resultaba engorroso. En septiembre de 1991, Torvalds subió la versión 0.01 de Linux al servidor FTP de la Universidad de Helsinki, y ya va por la 4.10.
Curiosamente, aquel sistema operativo, creado por el finlandés para agilizar su acceso a la red informática de la universidad, conquistó la programación y el desarrollo en entorno servidor, y se ha convertido en piedra angular de la supercomputación. Sin embargo, el logro más popular de Linux ha sido Android. El sistema operativo de Google toma a Linux como base de su plataforma móvil. Esto convierte automáticamente a Linux en una apuesta segura de cara al futuro, siendo la clave para la inteligencia artificial, todo lo relacionado con internet y cualquiera de los inimaginables proyectos que tiene en proceso de desarrollo el indiscutible líder de los buscadores.
En lo que tiene que ver con el software empresarial y la demanda laboral, hace años que la mayoría de programadores Linux cobran por su trabajo. Según The Linux Foundation, sólo un 7,7 % de los desarrolladores no reciben beneficios, y esto se debe a que cualquiera que tenga aptitudes a la hora de incluir código en el código principal de Linux no tendrá problemas de empleo.
Al margen de que sus principales programas corran en Windows o en Apple, son muchas las empresas que contratan desarrolladores Linux para que desarrollen mejoras en sus productos: Intel, Samsung, IBM, AMD, ARM, DELL y, por supuesto, Google. Y para aquellos gigantes del entretenimiento, como Steam o PokerStars, que hacen sus pinitos en Linux pero no se han sumergido totalmente en esta plataforma, los usuarios pueden utilizar la versión 2.0 de Wine, que, precisamente, acaba de ser presentada. Este programa permite ejecutar programas diseñados para Windows en los diferentes sistemas operativos de Unix, y en la versión 2.0 ha mejorado considerablemente características de DirectX que afectan directamente a juegos y aplicaciones.
Todavía no podemos saber con seguridad hasta dónde llegará Linux en lo que respecta al software empresarial, pero de lo que no nos cabe ninguna duda es que estará muy presente en nuestro futuro virtual.