Desde hace un tiempo, estamos usando la vieja técnica de intentar conseguir visitas a través de llamadas telefónicas.
Independientemente del éxito de la prueba, hay algo que llama fuertemente la atención. Se trata del tipo de respuestas que se obtienen. Y es que las mismas pueden ser utilizadas como barómetro del estado en que se encuentran las empresas en este país a nivel informático.
Hay que reconocer que la presión a que están sometidas las personas que reciben llamadas es enorme. Cada día son más las intromisiones que de forma constante se producen en el trabajo diario de los profesionales que bastante tienen con intentar sacar adelante su trabajo de la mejor manera posible.
Pero las tácticas defensivas que se utilizan, a veces resultan, como mínimo, cómicas y con el tiempo, esta metodología, va dejando a estas empresas al margen de la evolución de la tecnología informática.
A veces, cuando leo las respuestas que deja en el CRM la persona que esta realizando las llamadas, no puedo evitar entrar en la página Web de las empresas en cuestión. Y, sinceramente, en muchas ocasiones, se me cae el alma al suelo. Y es que algunas… ¡ni siquiera tienen pagina Web! Otras, para tener lo que tienen, seria mejor que no tuvieran nada.
Particularmente, siempre que establezco la más mínima relación con alguna entidad, lo primero que hago es buscarla en Internet. Y es de ahí donde saco mi primera impresión de con quien he contactado. Quizás en este caso seria bueno recordar la frase de “Solo hay una oportunidad para dar una buena primera impresión”
Si los gerentes de las empresas supieran cuantas oportunidades de negocio se han visto frustradas por no dar la imagen correcta en Internet se echarían las manos a la cabeza.
Pero no es mi intención hablar de páginas Web. No es nuestro negocio. Solo es una fuente importante de información.
A lo que pretendo referirme es a saber hasta que punto las empresas están al día y si están utilizando correctamente las posibilidades que la tecnología va poniendo de forma constante a su disposición.
Para muchas es impensable dedicar a una persona a buscar de forma permanente cuales son las novedades que van saliendo al mercado y cual puede ser la repercusión de la implantación de las mismas en su organización.
¿Cuál puede ser la solución a este conflicto?
Si yo estuviera al otro lado del telón, haría varias cosas que, estoy seguro de ello, acabarían repercutiendo positivamente en mi empresa.
Lo primero seria llamar al responsable de Sistemas de Información y preguntarle cuales son las últimas novedades que hay disponibles en el mercado que pudieran ser de utilidad en la empresa.
¿Las conoce? Si no es así, ¿Por qué?
Si las conoce le pediría un breve estudio sobre las mismas en relación al posible uso en la organización.
¿Qué nos estamos perdiendo? ¿Qué podríamos hacer que ahora no estamos haciendo? ¿En que mejoraría la gestión? Y sobre todo, ¿Cómo podría influir en los resultados de la empresa?
Me temo que en este primer paso, las respuestas serian evasivas o, como mínimo, pobres. Posiblemente saldrían a coalición los elevados costes de algunas novedades. Pero no se sabe el coste real de algo hasta que no se conocen los beneficios que nos puede reportar.
Lo que haría en segundo lugar, es asignarle un tiempo semanal para que lo dedicara a estar al día de todas las novedades. ¿Cinco horas? Es una hora diaria. Y son unas veinte horas al mes.
Con este tiempo, cuyo coste podríamos considerar dentro del apartado de I+D, le pediría que cada mes, me presentase como mínimo el estudio de un producto que podríamos tener y no tenemos.
Me gustaría que, aun viendo que en el momento preciso no fuera posible abordar la inversión, saber que “aquello” existe y conocer hasta que punto podría beneficiarnos. Entre otras razones, porque es seguro que empresas de mi competencia están disfrutando de una serie de ventajas que ponen a nuestra empresa en inferioridad de condiciones. Y eso es bueno saberlo. Saberlo y arreglarlo. Cuando se pueda.
Pero, desgraciadamente, son muchas las empresas que ni siquiera se plantean que pueden estar perdiendo ventajas competitivas. Que se están quedando desfasadas y que el tiempo juega en su contra. ¿Cuántas de ellas desaparecerán por culpa de ello? Y esto no es una exageración. Particularmente conozco unos cuantos casos en que esto ha sucedido.
El problema básico por parte de los empresarios, es que aun contemplan la informática como algo que no tiene nada que ver con su negocio. Es como una fotocopiadora. Se tiene, se usa, pero poco más. En el mejor de los casos es como la electricidad. Es imprescindible para el funcionamiento, y eso es todo. Para eso están los electricistas.
Para muchos de ellos, disponer de un ERP es más que suficiente. Y es importante el número de empresas que siguen luchando para que el mismo funcione correctamente. ¿Cómo pensar en estas circunstancias en otras cosas?
Mientras tanto, sus hijos o quizás sus nietos, posiblemente encuentran su pareja en Badoo, viven virtualmente en uno de los países más poblados del mundo, Facebook, con quinientos millones de habitantes, compran y venden en el mayor supermercado que existe, e-Bay………
Y es que a la evolución le es indiferente lo que hagamos con ella. Nos subimos al carro o no. Pero nadie la va a parar.
Mientras alguien de la empresa contesta a las llamadas de posibles proveedores cosas como…. “No atendemos llamadas de este tipo…….. Mándeme información (solo les falta pedir que se les mande a la papelera directamente para evitarles trabajo)…. TENEMOS DE TODO”
Cuando te dicen que tienen de todo, lo más posible es que apenas tengan nada. Aunque estoy seguro que en muchas ocasiones no sean conscientes de ello.
Al final llego a la conclusión de que con la informática pasa igual que con el cerebro. Solo se usa un pequeño porcentaje de su potencial. Y que por más que los expertos nos lo digan…. seguimos usando el mismo porcentaje. Como si no pudiéramos hacer nada al respecto.
Pero esta claro que algunos, muy pocos, usan un porcentaje superior. Y esos, de alguna u otra forma, están por encima de los demás.
Jordi Martí
MicroKnowledge
Director de negocio
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