Suplantación de identidades, ransomware o ciberespionaje son solo un ejemplo de los peligros a los que las empresas se enfrentan día a día. Los ciberataques van en aumento, y aunque la tecnología cloud y su infraestructura están en constante evolución y perfeccionamiento, aún existen múltiples vulnerabilidades que causan fisuras para que los ciberdelincuentes accedan a la información y a los datos corporativos.
De hecho, son muchos los proveedores de seguridad los que advierten de que, durante los últimos años, más del 50 por ciento de los ataques estaban relacionados con la nube. Además, con la creciente utilización de los servicios de uso compartido de archivos en infraestructuras de Cloud Computing, las fugas de datos son a día de hoy una gran preocupación para las organizaciones que gestionan su información en estos entornos.
La ciberseguridad es uno de los elementos esenciales para llevar a cabo la transformación digital de un modo seguro y eficaz. Y aunque son múltiples los retos que aún tiene por delante, son también muy numerosas las herramientas que la nube pone a disposición de las empresas para mejorar su seguridad. De hecho, los recursos del Cloud permiten realizar una enorme cantidad de tareas con mayor efectividad en materia de seguridad que otras aplicaciones basadas en entornos locales.
La clave es entender que la seguridad es cosa de todos: de la organización, de los empleados y de sus proveedores tecnológicos. Por tanto, las empresas deben ser conscientes de que todos estos elementos deben trabajar de un modo conjunto, como un todo. La nube permite optimizar al máximo los recursos, disfrutar de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías y reducir las inversiones. Pero todos estos beneficios no servirán para nada si no se cuenta con el respaldo de un proveedor Cloud efectivo, que asegure la seguridad de las infraestructuras, la protección de datos, el cumplimiento de las normativas y que cuente con herramientas eficaces para backup y recuperación ante desastres.
El error humano y la inseguridad de la nube
La tremenda evolución de las tecnologías basadas en Cloud Computing ha traído consigo un cambio en la empresas. Ya no se trata de proteger los datos y la infraestructura a nivel local, sino de velar por la seguridad de toda la información que está en la nube.
En este panorama, uno de los errores más comunes por parte de las organizaciones cuando afrontan su política de seguridad es creer que la protección es responsabilidad única del de proveedor, cuando en realidad es la propia empresa y sus trabajadores los responsables finales de lo que ocurre con sus datos.
Por muy avanzadas que sean las herramientas que el mercado pone a disposición de las empresas, sus responsables deben ser conscientes de que cualquier aplicación requiere que se apliquen políticas de seguridad a múltiples niveles, por lo que es necesario conocer de antemano quien será responsable a cada uno de estos.
Por ello, uno de los principales retos a los que se enfrenta la ciberseguridad es analizar cómo se están comportando los propios usuarios en la nube, para detectar anomalías y posibles usos indebidos. La falta de conocimiento y el exceso de dependencia en procesos de cambio manuales lleva a muchas empresas a poner en peligro la seguridad de su despliegue cloud, por lo que el error humano es una de las principales causas de la inseguridad en entornos Cloud.
Los principales proveedores, como Amazon Web Services (AWS), cuentan con eficaces configuraciones y aplicaciones que minimizan los riesgos y potencian la seguridad, pero una acción indebida de un usuario dará al traste con todos los planes en solo unos minutos. Hacer clic en un botón o llevar a cabo un pequeño cambio de configuración puede tener un gran impacto en la seguridad de la empresa, por lo que es importante conocer bien los controles de acceso y realizar continuos auditorías internas para comprobar cómo los usuarios se comportan en las aplicaciones en la nube. y mantener los planes de contingencia a punto para detectar errores antes de subir a producción.
Actualmente, aún existen configuraciones mal desarrolladas por las propias empresas . Por ello, confiar en un partner tecnológico con experiencia es fundamental. Cuando los equipos de TI internos deciden dar el salto a la nube, pueden cometer errores si no poseen el conocimiento adecuado.