Para una empresa del siglo pasado, (me refiero al siglo XX, que no hace tanto) comunicar era: definir unos objetivos, elaborar unas estrategias y mensajes y difundirlos principalmente de dos maneras: en los medios de comunicación o a través de lo que llamamos hoy en día, la “publicidad tradicional”. En el primer caso, “gratuito”, se intentaba proveer, a través de las relaciones públicas y las relaciones con los medios, información (a veces) relevante que impactaría indirectamente en los públicos objetivos (o stakeholders) de estas empresas. En el caso de la publicidad, se compraban espacios físicos en puntos susceptibles de encontrar un público indiscriminado (carteles, vallas, anuncios, televisión, radio, merchandising, patrocinio, etc.) para difundir mensajes de forma más directa.
Estas dos vías siguen explotándose en las agencias de comunicación y por supuesto estudiándose en las universidades y otras Escuelas de Negocio. Además, el debate de la credibilidad y del impacto real que puede tener cada método de comunicar, sobre los stakeholders según los objetivos de comunicación planteados, sigue entre las principales preocupaciones de los directores de marketing y comunicación. Lo más seguro en todo esto, es que transmitir un mensaje de forma adecuada es la mejor manera de lograr despertar la confianza de los públicos objetivo, fomentado una influencia directa sobre los resultados y alcanzando así los objetivos.
La expansión de internet y la difusión masiva de la comunicación corporativa que este nuevo medio ha permitido, han supuesto un cambio en las estrategias de comunicación de todas las entidades. Pero, ¿Este fenómeno sólo se resume en un cambio formal o llega a ser un cambio total de paradigma?
Si lo pensamos detenidamente, hoy en día, seguimos buscando vías para poder transmitir nuestros mensajes y en esta búsqueda cada vez está más presente ese macro-medio digital que es internet. Aún sonando a tópico, recordamos que internet está en todas partes, en muchos hogares, en las oficinas y cada vez más en los bolsillos de la gente. Para las empresas, es un escaparate que tienen que explotar de forma coherente con su comunicación global. Pero internet no es sólo una ciudad dónde se puede poner vallas en las fachadas, es un mundo. Así que según dónde ponemos las vallas o colocamos nuestras tiendas, tendremos más o menos visibilidad. Siguiendo con esta metáfora, en el mundo de internet, las ciudades donde se concentran más gente (y tráfico) que en los pueblos, son los buscadores web. En efecto, casi todos los usuarios de internet usan buscadores online para recaudar la información que necesitan, estas herramientas (Google, Bing, Yahoo, Ask, etc.) desarrollan también estas dos versiones de comunicación que mencionamos anteriormente. La versión de publicidad de pago y la versión de la comunicación “gratuita” según los intereses del público, sigue vigente a través de las técnicas de Search Engine Optimization (SEO) y Search Engine Marketing (SEM).
El SEM se puede comparar a la publicidad tradicional mencionada anteriormente. Las empresas pagan cada clic que se hace en su anuncio digital que aparece en los buscadores. Es una manera rápida de acercarse a su público objetivo en la web.
El SEO se puede comparar a acciones de comunicación que van más allá, pensadas para posicionar de modo visible una marca o una empresa dentro de este medio, pero sin pago. Este posicionamiento llamado “natural” complementa el SEM y el SEO y se convierte en una técnica más compleja, que se valora a medio-largo plazo, definiendo palabras clave y organizando el diseño de sitio web indexando cada apartado, para lograr aparecer entre los primeros resultados en una búsqueda definida. El SEO aporta más credibilidad al usuario y por lo tanto, tiene una mayor potencia a la hora de comunicar.
A menudo, se habla de estrategia SEO y SEM. Sin embargo, aún si estas técnicas requieren micro-estrategias definidas, son acciones que tendrían que integrarse a la estrategia global de comunicación de las entidades en su mix de comunicación o de marketing que abarca todas las acciones de los distintos medios utilizados para lograr nuestros objetivos de comunicación. Incluso si nos limitamos a hablar de comunicación online, estas técnicas complementan los aspectos de calidad de los contenidos, los Social Media o la publicidad online en sitios y medios online (banner, pop up, etc.).
La ventaja principal de todas las acciones de comunicación online, es la posibilidad de rastrear y de analizar todos los comportamientos de los usuarios y de optimizar las estrategias para reajustarlas y logar los objetivos de forma idónea. Las infinitas maneras de segmentar los públicos y por lo tanto de adaptar los mensajes según el target, el momento y el medio, es un valor añadido innegable. Sin embrago, estas acciones participan de una estrategia más amplia que abarca todos los aspectos del marketing y la comunicación offline. Aspectos más difíciles y más caros de medir, pero no menos eficaces. A la hora de comunicar las empresas tienen que tener una visión de 360o y nunca limitarse a un mero haz de luz, que le impediría crecer y les alejaría de una gran parte de sus stakeholders iluminados por el gran foco de internet.
L. Olivier Scalvinoni
@LOScalvinoni
Responsable de Comunicación, Prensa y Social Media en IOMarketing